sábado, 7 de abril de 2007
El Padrino
El plomizo aburrimiento adolescente, un domingo domingoso, con cole al día siguiente, de pipas por la tarde en provincias, pongamos Valladolid, los ochenta, debería estar catalogado como plaga bíblica. Era aquella una sociedad de fútbol y fantasías imperiales, agotada por el pesado fardo de la “tradición”, reacia a cosas extranjeras o extranjerizantes. En definitiva, un lugar nada propicio para músicas y músicos que no integraran fanfarrias uniformadas o devotas cofradías.
Tenían los colegios de curas excelentes salas de música, más para enseñar a las visitas que para utilizar realmente, con todo tipo de instrumentos clásicos y modernos, incluidos amplis y guitarras eléctricas, piano, batería, bajo. Miguel Ángel Rodríguez, el mismísimo MAR, montaba, en los maristas, Jesucristo Superstar, aproximadamente en los tiempos en que Ramoncín, de quien decían fuentes indignas de ningún crédito había recorrido el paseo Zorrilla enseñando el culo por la ventanilla del coche, escandalizaba a los pucelanos, fácilmente escandalizables, actuando en el Teatro Valladolid, junto a la feria de muestras con sus WC. De ahí a la estándar oil, menos de diez años.
Casi una pequeña revolución de andar por casa; de los residuos del Franquismo a Tomás Rodríguez Bolaños, el alcalde de la FASA.
Los músicos, mientras tanto, a lo suyo, ensayar, tocar, divertirse. La Junta de Castilla y León organizaba “estivalias” con grupos recorriendo las provincias para “actuar” en sitios poco menos que inaccesibles, sin ninguna publicidad, sin infraestructura. Auténticos conciertos fantasma a los que no asistía nadie, injustificables, de los que cobraban, no poco, los equipos, los managers, y, por primera vez en cantidades que no fueran pura limosna, también los músicos.
El tipo clave en la mayoría de las programaciones musicales que hizo la junta durante aquellos “veranos locos” se llamaba Eduardo Pérez López. Un funcionario entonces, hoy ex, muy “listo”. Decidía que grupos tocaban para la junta, donde, cuando, como, con que equipo y por cuanto. Todo un poder creciente a ritmo de presupuesto.
De entrada, naturalmente por casualidad, un familiar suyo, muy cercano, empezó a alquilar equipos de sonido a la junta con sorprendente regularidad.
El paso siguiente fue hacerse manager de un grupo desconocido al que le llovieron los favores oficiales, los conciertos, los cachés altos, los porcentajes para el “bueno” de Eduardo que parte y reparte.
El grupo escogido, con el tiempo y un manager tan bien colocado como Eduardo, haría fortuna, mucha, muchísima, desencadenando todo un poder fáctico y económico, un autentico “holding” que florecería en el Felipismo y alcanzaría en la Aznaridad las más altas cimas de no se sabe muy bien que, aparte de hacer caja o de dar discursos desde el balcón del ayuntamiento junto a León de la Riva.
El nombre del grupo es hoy “marca registrada”: Los míticos, los legendarios, los imprescindibles, los emblemáticos…..Celtas Cortos.
Próximo estreno: Música, diputación y locutoras de la COPE
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7 comentarios:
joder que se conozca a esta ciudad musicalmente hablando por los celtas cortos y no por los FALLEN IDOLS BUMPERS ROSAS...manda huevos
Me encanta pasarme por aqui de vez en cuando y ver si hay algo nuevo...de verdad...se hace muy ameno lo que escribes.
Un saludo y felicidades!!
cuenta lo de quintanilla
ahora toca recojer el chiringuito....despedir a los currelos y ofrecerles la nomina como autonomos
algun dia escribire sobre las salas de musica del colegio y lo nariconazos que eran los curas de mi colegio....o llamense gays
joderse tocan
brrrrr!!!
Esto es una farsa
brrrr!!
RIP
No recuerdo a Ramoncin en el Teatro Valladolid.
Lo recuerdo en el Polideportivo Huerta del Rey en actuación con "Moris" y "Burning" un mes de septiembre de no se que año.
O Halley que también estuvo y vivió todo lo que se cocina , haber si alguien recuerda todos los conciertos de presentación que organizaban en la discoteca la hipo donde tocaron junto a los búfalos , y sabíamos todo lo que se cocia en la parte de arriba , menuda mafia el m perdido junto al padrino lo que robaron y cómo nos quedamos todos en bragas , mientras otros montaban su chiringuito empresarial y de representantes aún en activo esa empresa de sonido.
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